Nos encantaría decir que es la yegua perfecta, pero por la vida que le hicieron pasar, no es la realidad.
A ella la criaron a palos y con malos tratos, hasta que decidió que era suficiente. Por este motivo, llegó intentando mordernos cuando intentábamos interaccionar con ella. Ha sido un trabajo duro, pero hemos conseguido que forme un vínculo con los voluntarios del refugio.
Ya nos deja peinarle las crines, moverla del ramal y manosearla. Gracias a las chuches y la paciencia, hemos conseguido que confíe en nosotros. Todavía le queda fiarse del todo de las personas desconocidas, pero hemos conseguido un gran cambio en su conducta.
Se lleva genial con sus compañeros, adora vivir en manada y disfrutar de la libertad pastando a su lado. Ha aprendido a entrar a la cuerda, y estamos iniciando un proceso de confianza para que pueda ser manejada por cualquiera. Es la compañera perfecta para cualquier caballo solitario, está acostumbrada a convivir en manada. Y necesita de la compañía de sus congéneres para seguir siendo feliz.
Sólo necesita un golpe de suerte. Alguien que quiera adoptar a esta preciosidad, y continuar con su habituallamiento a las personas. Necesita de alguien con experiencia en equinos. Pero por el cambio que ha dado en este tiempo, sabemos que con un poco de paciencia se logrará cualquier cosa con ella.
No pararemos hasta encontrar su hogar ideal… ¿Quizá seas tú?
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