VALENTINA

Qué dura la vida del esclavo animal. Toda la vida sirviendo a sus propietarios, por el simple hecho de nacer de una especie diferente a la suya. Cambiando de dueño en dueño, para complacer a uno y a otro mediante esfuerzo y sacrificio. Cuando la conocimos, servía para pasear a los niños de la familia. Y no recibía más que palos como agradecimiento…

Por suerte alguien nos avisó de las condiciones de vida de nuestra pequeña Valentina. Y le hicimos un huequito junto a nosotros enseguida.

Valentina es simplemente adorable. Enseguida se ha acoplado a nuestra diversa y curiosa manada. Además, ha hecho muy buenas migas con el otro burro del refugio. Por lo que buscamos para ella un lugar de retiro donde pueda seguir siendo sociable con otros animalitos de granja.

Con nosotros se ha sentido como en casa en seguida. Desde el principio le prometimos mucho amor, cariño, comidita rica, forraje y diversión. Pero lo más importante, aquí sabe que es mucho más que un instrumento, y que nadie la usará para dar paseos o tirar de una máquina de arar.

Dan ganas de abrazarla y darle besitos todo el rato. Ha aprendido a disfrutarlo, y cada vez nos reímos más con su brillante y tierna personalidad.

Nos gustaría que nuestro refugio fuese para ella simplemente un lugar de paso, por eso buscamos la familia perfecta para ella. Hasta entonces, vivirá feliz junto a nosotros. ¿Te animas a conocerla?