CHESTER (Vaya Huellas)

Mola conocerte y pasar un ratito contigo. Desde que llegaste, te mostrabas serio, formal y distante. Pero poco a poco nos estás dejando ver una parte simpática, cariñosa y atenta. Que reluce y emerge más según pasan los días a tu lado.

Nunca sabremos la catarata de infortunios que te llevaron a aquella celda de perrera. Lo que sí sabemos es que ahora disfrutas de las siestas al sol, de retozar en la arena y de perseguir bichitos. Adoras correr y trotar, pero a la vez sabes no tirar de la correa y ser calmado. Te diviertes como el que más en los juegos mañaneros con tus compañeros, y en los ratos de paseo con tus amigos los voluntarios.

Te estás acostumbrando a vivir en equilibrio con los demás perretes del refugio. Desde hacía años, solo veías alguno pasar por delante de los barrotes de tu chenil. Ahora tienes que convivir con ellos las 24 horas. Y no siempre es fácil, sobre todo cuando te intentan imponer. Tú no buscas follones, pero tampoco te dejas amedrentar. No eres compatible con perros pequeños… ¡Pero tampoco hay que ser perfecto en todo!

Se merece de una vez por todas tener un cuenco propio, una camita particular y una chapita metálica con su nombre y dirección. Para no olvidar la casa a la que podrá llamar de una vez por todas su hogar.

Si estás buscando un compañero de vida guapo, tranquilo, agradecido y tierno no busques más porque… ¡¡Aquí está super Chester!!